jueves, 20 de abril de 2017

HISTORIA DEL PRADO

El Museo Nacional del Prado se localiza en Madrid, España, y es considerado uno de los museos pictóricos más importantes del mundo, pues en su interior alberga amplias colecciones de pintura ilustrativas de la historia europea entre la Edad Media y principios del siglo XX, con especial énfasis en España. El grueso de sus obras más selectas procede de la Colección Real española, reunida por los sucesivos monarcas españoles entre los siglos XVI y XIX.
Alberga las mejores selecciones de pintura del Greco, Diego Velázquez y Francisco de Goya (escuela española); de Tiziano (italiana), y del Bosco y Rubens (flamenca). Sumadas a los extensos fondos de otros múltiples artistas, así como a valiosos ejemplos de escultura, dibujo y artes decorativas, resultan imprescindibles .

El Museo Nacional del Prado, desde que fue inaugurado en 1819 y a lo largo de su historia centenaria, ha cumplido con la alta misión de conservar, exponer y enriquecer el conjunto de las colecciones y obras de arte que, estrechamente vinculadas a la historia de España, constituyen una de las más elevadas manifestaciones de expresión artística de reconocido valor universal.
sólo artísticamente, sino también históricamente.




La idea de un museo de artes en España propiamente dicho surgió del rey Fernando VI, alrededor de 1757. Sin embargo, al año siguiente, Bárbara de Braganza, reina consorte y principal impulsora del museo, falleció, y el rey se sumió en una depresión que le llevó a la muerte en 1759. Carlos III, hermano de Fernando y su sucesor en la Corona española, abandonó el proyecto de su antecesor y en cambio tomó el de la construcción de un Museo dedicado a las ciencias naturales, para el que encargó a Juan de Villanueva la construcción de la actual sede del Prado. Las obras se desarrollaron a buen ritmo, aunque dicho rey no llegó a verlas concluidas.

Fue en tiempos de su hijo, Carlos IV, rey entre 1788 y 1808, cuando el edificio del Paseo del Prado quedó casi concluido, pero su futuro uso distaba de quedar claro. Carlos IV pensó en retomar el proyecto de una pinacoteca perfilado en tiempos de su tío Fernando VI, pero la parálisis económica del reino, aunada al estallido de la Revolución francesa impidió su realización.


                                 Inicios del museo




Después de la ocupación francesa, Fernando VII fue proclamado nuevo monarca de España y regresó triunfante a Madrid en 1814. En ese mismo año, se mostró receptivo a las propuestas de su esposa, Isabel de Braganza (1797-1818), sobre el proyecto del museo. La reina Isabel había encontrado documentos de Carlos III dirigidos a Anton Raphael Mengs, pintor alemán de gran ascendiente en la corte de finales del siglo XVIII, sugiriéndole apoyo para crear el museo. Aún entonces, se barajaba como futura sede el Palacio de Buenavista, frente a la Fuente de Cibeles, pero basándose en los planos encontrados, doña Isabel dio impulso a la fundación del Museo Real de Pintura y Escultura en el edificio diseñado por Villanueva, que había resultado muy dañado durante la invasión. Fernando VII aportó dinero de su bolsa personal para techar y acondicionar unas pocas salas.








Curiosidades


El nombre de este museo ha provocado alguna que otra confusión y chiste malo. Pero el caso es que habla de un sitio: el prado, que, efectivamente, era un prado. Se trataba del prado de los Jerónimos, un terreno adyacente al tan famoso y bodorrial monasterio de los Jerónimos. En sus inicios, recibió nombres tan poco originales como el de Museo Real de pinturas o el de Museo Nacional de Pintura y Escultura, pero la falta de gancho de estos nombres y el uso popular hizo que en 1920, decreto ley en mano, se decidiera bautizarlo con su nombre definitivo.

 ¿que obras se reprodujeron para sellos españoles?
Sellos españoles: la maja desnuda.






¿ quien es la persona representada en estatua en la puerta del prado?

Se halla la estatua del pintor sevillano Diego Velázquez principal maestro de la pintura española en el siglo XVII.


Los jardines tienen su origen en 1629, cuando Gaspar de Guzmán y Pimentel (1587-1645), conde-duque de Olivares y valido de Felipe IV (1605-1665), animó al monarca a ampliar el Cuarto Real existente junto al Monasterio de los Jerónimos y levantar alrededor del mismo una residencia palaciega.15 Con tal fin le hizo obsequio de unas tierras próximas, en su mayor parte cedidas por Alonso Estacio Gutiérrez de los Ríos y Angulo, primer conde de Fernán Núñez, que, una vez completado el proceso de anexiones, ocuparon una superficie de unas 145 hectáreas.
El nuevo palacio, llamado del Buen Retiro por expresa voluntad del soberano, se empezó a edificar en 1630 y se terminó en 1640. A diferencia del Real Alcázar, sede oficial de los órganos de gobierno, fue concebido como una residencia "para alivio y recreación" del rey y sus sucesores, como así se hizo constar en una cédula expedida por el propio monarca. A pesar de que su ubicación en lo que entonces eran las afueras de Madrid le confería un cierto carácter suburbano, en línea con otros Reales Sitios periféricos, como la Casa de Campo y El Pardo, el Buen Retiro llegó a convertirse en uno de los principales centros de poder del siglo XVII y buena parte del XVIII.




¿Numeros de salas que tiene el Prado?

 15 salas hay en el Prado repartidas en dos plantas:

6 en la planta baja y 

9 en la planta primera









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